sábado, 19 de diciembre de 2009

¡Por Dios.... estaba podrido! ¡Tenía que estarlo!

Hace un par de dias entregamos un autocar a un cliente que pretendía llevarlo a Bamako (Mali) por carretera. ¡El Valdemoro-Dakar de nuevo! Este cliente es extraordinariamente alto y vino acompañado de un chófer de su nacionalidad, mas bien bajo.

Todo fue con absoluta normalidad hasta que poco antes de salir el pequeño salio disparado al cuarto de baño. Pusieron el bus en marcha.... alguien fue al cuarto de baño..... y se encontró con un pañorama increíble: como si los intestinos del tío hubieran explotado en todas las direcciones. Lo peor era el olor. ¡Ese tío tiene que estar podrido! ¿Se puede saber que había comido?

Lo que nos hace diferentes de los ingleses (y los norteamericanos) es que ellos se hubieran sentido profundamente ofendidos (probablemente con razón). Como a los españoles nos chiflan las historias de culos y cacas (somos pelín escatológicos) pues... no pudimos evitar partirnos de la risa. Les ofrecimos una despedida muy poco digna