martes, 14 de diciembre de 2010

Y de repente... la prehistoria me invade....

Mas de una vez hemos comentado entre amigas lo cafres que pueden llegar a ser los jefes en relación a las nuevas tecnologías. No es exactamente el caso de mío: comprende su utilidad y está dispuesto a sacarles partido. Pero no es ese el caso de otros compañeros de trabajo.

Hace tiempo me dediqué a clasificar los tipos de cliente que poblaban mi vida laboral. Uno de ellos era el Cliente Tecnológico . Pues bien, la última adquisición de la empresa no parece especialmente dotada para la cuestión. Necesita a diezysiete para hacer la misma cosa, pretende hacerte imprimir fotos para mandarlas (no acaba de comprender lo del archivo informático en terminos de espacio, rapidez y ahorro) escaneándolas luego... y pese a todas mis explicaciones, no le entra en la cabeza que un documento enviado por e-mail llega. Por no hablar de su relación con el GPS y el sistema viario español....

Paciencia, guapa, paciencia....

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