¡Por fin se han ido! Hoy el Charles Aznavour canijo tenía una resaca de aúpa, así que se ha empotrado contra el botiquín y pácticamente ha aspirado el Espidifén. Como el pobre tiene cara de asco esté bueno o malo, no puedo saber si le ha hecho efecto. Esperemos que si.
Como hasta la tarde no podían irse, han aprovechado para hacer unas compritas. Francamente no me he atrevido a fisgar que han comprado, pero al parecer han tenido que comprarse unas cuantas bolsas para poder meter sus adquisiciones.
En cuanto a la comida, hoy he podido escaquear, pero (hospitalaria que es una) he pedido a los camareros que les llenaran la mesa con cualquier cosa que fuera picante. Una chica cubana se ha ofrecido muy amablemente a conseguir para otra ocasión ajís y cosas de esas, Si son como el primero (y último) que probé, no sobreviven.
1 comentario:
y se van en avión? Es que lo del cubo de plástico con lo que sea que lleva dentro es pelín cutre para facturarlo, no? Y no digamos de llevarlo encima en el avión, ese no cumple las medidas reglamentarias. La campa va a acabar pareciendo un campamento gitano. Espero que esos georgianos sean al menos buenos clientes y te llenen de comisiones.
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