miércoles, 18 de junio de 2008

Georgia on my mind, chapter II



¡Por fin se han ido! Hoy el Charles Aznavour canijo tenía una resaca de aúpa, así que se ha empotrado contra el botiquín y pácticamente ha aspirado el Espidifén. Como el pobre tiene cara de asco esté bueno o malo, no puedo saber si le ha hecho efecto. Esperemos que si.

Como hasta la tarde no podían irse, han aprovechado para hacer unas compritas. Francamente no me he atrevido a fisgar que han comprado, pero al parecer han tenido que comprarse unas cuantas bolsas para poder meter sus adquisiciones.

En cuanto a la comida, hoy he podido escaquear, pero (hospitalaria que es una) he pedido a los camareros que les llenaran la mesa con cualquier cosa que fuera picante. Una chica cubana se ha ofrecido muy amablemente a conseguir para otra ocasión ajís y cosas de esas, Si son como el primero (y último) que probé, no sobreviven.

1 comentario:

nofret dijo...

y se van en avión? Es que lo del cubo de plástico con lo que sea que lleva dentro es pelín cutre para facturarlo, no? Y no digamos de llevarlo encima en el avión, ese no cumple las medidas reglamentarias. La campa va a acabar pareciendo un campamento gitano. Espero que esos georgianos sean al menos buenos clientes y te llenen de comisiones.